jueves, 29 de enero de 2015

Fragancia de Fe

Fragancia de Fe

Mantente firme en la docilidad de tu honesto camino.
Persevera en la expansión apacible de tu consciencia.
Desatiende las imágenes perturbadoras que crea tu mente.

Aléjate de quienes propician la perseverancia en la violencia interior, los celos, la envidia y la falta de gratitud.
Sigue siendo el candil de tu propia alma para que nunca se pierda de su camino.
Atesora una sola memoria:-¡Estás a tu cargo! y suelta el resto de cuanto pueda sumergirte en el pasado.
Vive feliz con la Paz, con el silencio, con la dicha de haber encontrado la libertad en la sencillez de todas las cosas.
Recuérdate momento a momento y despreócupate por quienes no encuentran en tu aroma la fragancia de la fe.
Con Amor y Gratitud,

Graciela Oasis del Alma. Khristael

viernes, 23 de enero de 2015

Buscadores de sí mismos

¡Amores!
Suele aceptarse que quien busca encuentra...
¿Pero cómo puede encontrarse aquéllo que se escurre constantemente?
En algún momento, lo buscado debe permanecer quieto para poder alcanzarlo.
Ahora bien...
Nosotros creemos que somos los buscadores y no imaginamos que somos los buscados.
Practicamos la actividad del deseo y eso nos conduce a todas las confusiones.
Desear algo... ¡Cualquier cosa! -Un objeto, un afecto, un alimento, un título, lo que fuere... implica una energía puesta al servicio de la espera. La espera es en la mente: tiempo. El Tiempo es para nosotros una medida de duración sin expansión posible y en consecuencia la idea de la muerte acecha como devoradora de posibilidades.
Cuando nos serenamos y observamos este asunto sin que requiera poner al cuerpo en posiciones especiales ni practicar técnica alguna, recordamos que somos permanente movimiento mental y eso lo sabemos porque reconocemos que debe existir algo quieto para darnos cuenta de nuestra actividad, para tener un referente.
Eso quiere decir, que los escurridizos somos nosotros y que aquéllo quieto (experiencia luminosa, Dios, vacío, Amor) podría llegarnos.
Queremos alcanzar cosas que nunca han estado en sitio alguno, excepto en nuestros deseos y en medio de los pensamientos no existen siquiera pequeños pasadizos para el silencio.
Nuestra cabeza es como una biblioteca parlante,cuya información se encuentra encriptada para que pueda caber en un espacio físico tan limitado y las páginas de sus libros se abren y mueven sin cesar, a consecuencia de nuestro modo de construir el presente: sólo con los datos del pasado.
Nuestra consciencia desdoblada (percibiendo una conjugación de tiempos) ha perdido la capacidad de soltar día a día, instante a instante, las "células muertas" de las memorias y es la mente humana quien las retiene y por lo tanto es quien controla las riendas del carruaje que transporta nuestra vida.
Con Amor y Gratitud,
Graciela Khristael
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Gracias por difundir mi tarea cotidiana de reflexión compartida por estos medios virtuales.



miércoles, 14 de enero de 2015

Pensamientos

¿Cómo te llevas con tus pensamientos?
¿Te tienen a su merced o puedes, de vez en vez, dejarlos que pasen por tu cabeza sin que los retengas?
Los deseos y los pensamientos son como parientes cercanos: estrechos, apegados e indisolubles por posesividad.
La calma para observar ésto te convierte en alguien ajeno a esa familia mental pero sumamente cercano a tí mismo.
Con Amor y Gratitud,
Graciela Oasis del Alma. Khristael

Como siempre: Gracias por compartir mi trabajo, que por ser sobre mi misma es garantía de actividad genuina.







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martes, 6 de enero de 2015

Caos interior

¡Amores!

No puedo hablar excepto por mi y es desde el centro de ese mapa que comprendo que como humanos repetimos experiencias cuyos resultados son este presente y sin embargo subsiste la tentación de volver al mismo lugar de conflicto en donde sólo subyace la ignorancia.
Cuando por fin vamos aprendiendo que la sabiduría no está en las disputas del ego sino en la liberación de la máxima esencia que somos hacia los insondables objetivos cósmicos de naturaleza perfecta y de contenido infinito; es cuando podemos reconocer en el tronar de una tormenta que así se siente nuestro espíritu en el interior del cuerpo: vivo, latente, sonoro, puro, afinado y despertando ruidosamente a las consciencias dormidas.
Poco importa quién sabe más, quién conecta con jerarcas de cualquier dimensión que sea o quiénes hayan ido y vuelto por las galaxias si antes -primordialmente- desconocemos "quién" es el máximo conocedor que habita en cada uno de nosotros.
Gracias Naturaleza en este día que has hecho de mi jornada un preciado tesoro de comprensión.
Con Amor y Gratitud,
Graciela Khristael

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