martes, 29 de enero de 2013

CORONACION DE LA DUDA

No siempre son los reyes los que se llevan la corona. También lo hacen los aciertos cuando una meta alcanzada se ve coronada por el exito. 
Pero a veces, a pocos pasos de la decisión puede sentirse el tironeo de la duda que quiere el cetro esta vez. Y ella... No necesita de varita mágica ni de bastón de poder. Vestida con su traje de acción, fabricado en el telar de los miedos; avanza como la reina incertidumbre en busca de su preciada dote: - nuestro poder interior.
Hubo una vez, a la salida de un taller de técnicas alternativas; una mujer que había detectado en mis palabras un fuerte deseo por perseverar en mi camino pese a las enormes adversidades económicas. De inmediato, me aportó muchos argumentos capaces de demostrar su hipótesis: -eso no da plata, buscá cosas más seguras. Las culpas rascaban con sus uñas mi cabeza y todo comenzó a cuestionarse en mi interior.
Cuando el encuentro finalizó, salimos juntas a la calle y ella cortó una ramita con flores pequeñas del árbol de tilo, diciéndome: - Alcanza para un buen té. Hay que tranquilizarse y poner los pies sobre la tierra.
Y ese día, como otros tantos en mi vida, sin ceremonia alguna la duda se había coronado.
Al llegar a casa encontré sobre la mesa una pequeña cinta amarilla, como si hubiese estado esperando las flores.
Las até.
Las flores son con el árbol, como mi esencia es conmigo: inseparables.
Detrás de la puerta se quedó la duda, sin capa y sin corona.
Al menos por un día, escuché a la Divinidad que hay en mí.
También es tu tarea hoy. ¡Hazlo!
Graciela Khristael. 28-29 de enero de 2013.



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