viernes, 22 de marzo de 2013

MEMORANDUM DEL PASADO

La Existencia es un Tesoro Individual que encuentra, en los compañeros de viaje, los espejos en los que observarse para corregir los errores que podrían alejarnos del propósito de la Felicidad. 
Precisamente, hemos ido y vuelto de manera constante por las mismas coordenadas: Las memorias, los propósitos, el ego, la energía individual, los desvíos del eje personal. El mayor acento está puesto en ser observadores atentos de cada momento en el que, de manera consciente, puede comprobarse que nos encontramos en el aquí y ahora; única opción posible de hallarse. La tendencia suele ser la fragmentación de todas las cosas, entonces existen escalas, medidas de tiempo lineal y espacios en diferentes dimensiones. Nuestro propio cuerpo, tomado como “espacio delimitado”, contiene una incalculable multiplicidad de formas de vida en su interior, quienes manejan –en todo caso- diferentes nociones de tiempo y espacio a su vez.
Piense por un instante en una célula del tejido óseo de un dedo de su pie derecho y a la vez en un axón transportando electricidad desde su cerebro al hígado, al mismo tiempo que un cabello se le acaba de caer y una hormona de su tiroides has ido producida. Todos estos elementos tienen velocidades, conformaciones, propósitos, duración y cuanto aspecto quiera incluirles, totalmente específicos y disímiles entre sí. Sin embargo, ¡todo ocurre a la vez en el mismo cuerpo! ¡Todos los tiempos y acciones diferentes pero a la vez! Ahora imagine que une su Ser a todo lo que le rodea… A cada cosa, ser, apariencia, elemento o como quiera llamarlos, ¡A todos y cada uno le sucede lo mismo!
Entonces… Cuando ancla en un conflicto se pierde de su propio mapa. Las memorias dolorosas pasadas corresponden al ayer. Hoy es el momento de ser consciente y el “darse cuenta” es una tarea que nadie puede dar por hecha ni tampoco hacerla por otro. Una vez convencidos de nuestras limitaciones, adoptamos como dogma el modo de vernos a nosotros mismos. Surge la certeza de que somos “eso” que hemos creado en nuestra memoria. ¿Quién puede luego de ello atentar contra “su propia fe”?.
Luego, y aún cuando toda esa construcción siga siendo el parámetro para medir nuestros aciertos o fracasos, lo más importante es darse cuenta de que si hemos sido capaces de crear esa “creencia”, del mismo modo estamos habilitados para cambiarla, re-crearla, declararla inservible e incluso crear un nuevo modelo, una nueva imagen del ser que somos, hasta lograr el ajuste perfecto entre todas las partes que nos componen. Cuando creemos, gestamos una Creación; cuando no creemos, no hay labor creativa.
Graciela Khristael (pp 64 de su libro "Oasis del alma") oasisdelalmakhristael@gmail.com 22-23 de Marzo 2013

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