viernes, 19 de abril de 2013


PERCEPCIONES

I
-¿Para qué estar discutiendo?, ¡Es preferible continuar el camino!
-¿Cómo vamos a seguir andando si todo se ha oscurecido repentinamente?
-¡Allí se detuvo un auto!, ¡Quizá vieron que quedamos a oscuras!, ¡Miren… tiene grandes faroles encendidos!
-No iluminan hacia aquí, si miran bien las luces se dirigen al mar.
-Parecemos cuatro tontos indecisos. Insisto en que deberíamos proseguir. Hemos venido con un propósito y el hecho de quedamos sin luz, indica prudencia en el camino pero no quedarnos aquí, sacando conclusiones que sólo nos detienen.
-Quizá sea conveniente continuar caminando, después de todo la luna quedó oculta por las nubes de la tormenta que se avecina.
-¿Pensaste que era la luna?, ¡Eran los faroles de la ruta que nos guiaban y por alguna razón se apagaron todos a la vez!
-¡Parece que estamos todos muy confundidos!, allí viene al auto que se había detenido frente al mar.
-¡Qué pena! Si nos recoge nos soluciona las dudas y para mí, sigo insistiendo, la luz era de la luna.
-¡Vaya que eres testarudo!, debieras saber a estas alturas que sólo ves una parte de todo lo que acontece. No todo puedes hacerlo con tus ojos; ¿Acaso no escuchaste el insistente silbido?
-¿Silbido? ¿De qué me estás hablando ahora?
-¡El auto! ¡El auto!, ¡Las luces encandilan!
-Estoy cansado, quizá pueden ir ustedes tres, luego los alcanzo.
-¡Como quieras!
Los tres amigos se fueron.

II
De los cuatro asientos, sólo uno quedaba ocupado por él.
El tren ya había llegado a la terminal y el guarda con su linterna trataba de llamarle la tención para que despierte:
-¡Llegamos señor!, sus amigos ya descendieron del tren. Al parecer se ha quedado dormido.
Graciela Khristael    fuenteperfecta@gmail.com  19 de Abril 2013



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