martes, 7 de mayo de 2013


Volvemos a compartir, de enero de 2013, en especial con los nuevos Amigos y Seguidores.
QUITAME LOS PROBLEMAS

Cuando despiertas cada mañana, tienes una esperanza fuertemente abrazada a tu pecho, que puesta en palabras podría resumirse como: -¡Quiero ser feliz!, con salud, con amor y con prosperidad.
Pero a veces...Es probable que no pasen siquiera cinco minutos antes de que tu ser se conecte con sensaciones de miedo, incertidumbre o dolor. Es entonces cuando sobreviene el profundo deseo de dar un gran salto por encima de todas esas emociones hasta aparecer muy lejos, mucho más adelante en tiempo y espacio; para que todo haya pasado permitiendo, de tal suerte, que aquel propósito de cada despertar cotidiano vuelva a ser el mejor estado que justifique el estar viviendo.
Eso no es experimentar la vida.
Tomemos el ejemplo de un niño al que se le regala un puzzle y a un adulto que se lo arma rápidamente antes de que el pequeño comience a jugar. Es probable que la inocencia del primero goce por ver al otro resolviéndole el juego; aunque lo cierto es que jamás se enfrentará al desafío de hallar y ordenar cada pieza. En consecuencia: no habrá aprendizaje.
Muchas personas imaginan la posibilidad de ingresar en una caja de cristal, como en los cuentos de Hadas; a la espera de que los grandes conflictos hayan pasado antes de volver a la realidad, incluso-en lo posible- en brazos de quien resulte el ser que protagonice el rescate.
Eso, tampoco es experimentar la vida.
Cada problema es una cuestión a resolver y sin cuestiones no hay vida; porque ellas son las "sinapsis" de la mente universal surgiendo a cada instante como consecuencia de los pensamientos de cada quién.
Imagina que eres un árbol al que un pequeño insecto ha comenzado a visitar en busca de sus apetitosas hojas. Entonces, pides ayuda: -¡Quítame Madre Naturaleza este problema! Y así será.
Te quedarás sin una sola hoja.
Eso no resuelve tu problema ¿Verdad?
El conflicto, cualquiera sea éste (y aquí repetiría: -cualquiera sea éste, cualquiera sea éste, cualquiera sea éste), te pertenece. Te tiene protagonizándolo. 
Eres la única persona que puede resolverlo.
Tu Padre/Madre te dirían: 
-¡Ya te hice!, Ahora... Tú tienes que hacer el resto.
Graciela Khristael 
fuenteperfecta@gmail.com  7-8 de mayo de 2013


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