MARTES.”LOS
NUMEROS Y TU”
Columna
de la Agenda Virtual Oasis del Alma/Fuente Perfecta
SIN
SEÑAL
En
medio de actual tecnología vinculada a los artefactos que empleamos para
comunicarnos de manera remota, una situación común y reconocidamente fastidiosa
entre los incontables usuarios es la de quedarse “sin señal”.
Que
la antena de la empresa, los hierros de los edificios, los vecinos, el propio
aparato, el satélite, las nubes y las
tormentas solares. De hecho, como puede apreciarse, no faltan causas ni justificativos.
¡Y
comienza el baile! A mover los brazos y el cuerpo acompañando en intentos sin
precedentes la ansiedad por encontrar el modo de sintonizar el teléfono, la radio, la web y todo lo que
dependa de la dichosa señal.
Objetos,
sistemas electrónicos, servidores de la voluntad humana convertidos –sin más-
en los usuarios a la inversa porque de pronto se transforman en los conductores
de nuestra armonía, haciendo que la antena ya no esté en las cosas sino en
nosotros quienes –discípulos ausentes a la mayoría de las clases de la vida que
nos enseña acerca de la importancia de la propia sintonía- perdemos el control
de los hechos sin ser capaces de hallar una solución sin intermediarios.
Es
entonces un momento oportuno para reflexionar acerca de la “banda ancha” de
frecuencia vibratoria que conecta todas las cosas en el planeta y más allá,
incluyendo los múltiples universos que transcurrimos en los sueños. Se trata de
la propia emisora, el exclusivo canal personal, la señal perfecta que siempre
se adapta a cada medio sin apartarse del ser; la conexión directa entre todos
los eslabones de la cadena que nos constituye como humanos y a la vez en multidimensionales.
Pero
no sabemos cómo hacerlo, nos olvidamos, vamos y venimos por los hechos de cada
día creando a cada instante una idea nueva o recreando las viejas enraizadas en
nuestro cerebro sin permitir que el puente de conexión con el centro del Alma
se comporte como tal: un conector entre dos orillas.
¡Practica
el diálogo contigo!
Imagina
que has soñado Números y que los recuerdas al despertar -te habrá pasado más de
una vez- pero no sabes qué hacer con ellos. Puede tener conexión clara con una
información que ya conoces, pero también pueden carecer de significado para ti.
Algunos podrán decirte: -“¡Apuesta al número! ¡Quién te dice… quizá te ganas
una buena suma de dinero!”
Sin
embargo aquí no va ese consejo, sino uno un tanto más creativo:
-Anota
el número soñado y la fecha, junto con algún otro dato que recuerdes de la
escena.
Luego
diviértete transformándote en un explorador de tu propia jungla.
Deja
que tu inspiración te oriente; suelta amarras y escucha a tu ser que quizá te
diga:
-Una
coordenada, una fecha, una ubicación en un vehículo, una edad, el número de una
casa, parte de una fórmula, el código de un circuito, la clave de un aparato, ¡quién
sabe qué podría ser!
Continúa
con la observación de carteles, revistas que aparezcan ante ti, una foto, toma
un libro abriéndolo en cualquier parte a la vez que señalando sin mirar una
frase y léela (anótala si quieres para volverla a ver más adelante); relaciona,
asocia, practica la actividad de dar sentido a tus experiencias de manera pura,
espontánea así como sintiendo que eres el propietario de todo cuanto te
acontece. Existen tantos métodos como
caminos para dilucidar el sueño de un número,
pero aquí te propongo que –sin desestimar dichas alternativas
académicas, físicas o chamánicas- te sumerjas en tu propia banda ancha de
recepción y transmisión, hasta que los números te conduzcan a tu música, a tus
datos, a tu propia señal.
Graciela
Khristael fuenteperfecta@gmail.com 20 de agosto de 2013
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