RELOJ DE ARENA
(Texto del libro “Éxito, el Arte de poder Vencerse”
de Graciela Khristael/ Año 2009)
Al dar por aceptado que algo llamado tiempo hace
referencia a una medida de existencia,
el siguiente paso es hallar un modo de medir ese transcurrir de eventos
para que luego se pueda describir todo
cuanto acontece. Se podría, a partir de ello, relacionar unos sucesos con otros
hasta sacar, de ese modo, conclusiones de diversa índole, convergiendo en este punto todo tipo de
ciencia humana o social que se ocupa de estos enfoques, ya sean psicológicos,
históricos, arqueológicos o de cualquier índole.
Habría que cuestionarse acerca de dónde estaría puesta
entonces la relevancia, si en los hechos o en el tiempo. Algo ocurre en un
espacio, no importa el cuándo; se trata de un cuándo sin suceso ni espacio
alguno; se combinan ambos sin privilegio de uno sobre el otro; hasta quizá
fuese posible idear algún otro nuevo mecanismo de análisis.
El tiempo impone límites haciendo que estos límites
se correspondan con las formas.
Así por ejemplo, una persona es en función de tiempos
tales como: tantos latidos por minuto, tantas respiraciones por igual tiempo,
en respuesta a una gestación durante nueve meses, un promedio de vida de tantos
años, una osteoporosis a partir de tal edad, la disminución de la glándula timo
en la adolescencia; pudiendo seguirse de este modo con todo un mapa de sucesos
en coordenadas con los órganos, sus funciones así como en sus tiempos de vidas
útiles.
Mi planteo comienza a convertirse en una suerte de
tesis “en borrador” pero que sigo compartiendo con usted, porque me interesan estas
cuestiones. Excepto en la ciencia ficción, resulta impensada la posibilidad de
retener el tiempo, manteniéndolo atrapado tal como puede hacerse con el agua
dentro de una botella porque, de ser así, algo abstracto que cumple una función
de mensura, pasaría a convertirse en un elemento concreto susceptible de ser
transformado a la vez que manipulado e incluso acopiado.
Si el tiempo fuese considerado como una substancia
capaz de ser tratada como se hace, por ejemplo, con un líquido; tanto podría
congelarse, como almacenarse, ser susceptible de múltiples cambios o
modificaciones, a merced de los deseos así como de las necesidades de cada uno.
La nueva pregunta en cuanto a qué aporta
el tiempo a la existencia, hallaría la respuesta en la vida misma, que se
acepta como temporalmente limitada, cuya concepción se asimila a partir de las
enseñanzas que se adquieren desde la niñez.
•El tiempo no es una sustancia que alimenta, sino
un límite que condiciona.
•Si el tiempo está fuera de la existencia, el poder
del tiempo es ajeno a ella.
•Si está fuera de la existencia no forma parte de
ella, por lo tanto es inexistente; es una creación ilusoria del humano.
•Si se lo relaciona con el espacio o lugar en el que
transcurren los hechos, sea éste un lugar geográfico, el cuerpo mismo, el nombre
o sonido con que se denomina a cada existencia; no podría separarse una cosa de
otra.
•En la combinación se recupera la noción de la totalidad
in-divisa que es la energía del universo resultando, por ende, la de cada
individualidad.
Un reloj de arena es un recorte de tiempo por excelencia.
Es mucho más que una representación, es una porción de tiempo retenida en un
envase a la vez que es tiempo dentro del tiempo. Es la muestra metafórica
perfecta de que puede crearse, que sucede en un espacio en el que las
atribuciones que se le otorgan en realidad son una decisión humana. Si el
hecho, el espacio y el tiempo están unidos porque sólo así pueden explicar una totalidad,
lo siguiente es considerar que tomarlo de ese modo es una decisión humana; surgiendo
de allí el nuevo inter-rogante sobre qué tan lejos estamos unos de otros
porque, si todo ocurre a la vez, estamos tan cerca de un evento en la tierra, como de una estrella en el firmamento.
Usted lee en este instante algo que no estoy escribiendo en este momento pero a
la vez lo estoy haciendo porque si no lo hiciese usted no lo estaría leyendo.
Mientras lo hace está fuera de tiempo tratando de conectar con esta lectura en
el espacio que lo rodea, que es el que lo incluye a usted junto con este libro
que me incluye en otro espacio ayer, que es el mismo tiempo hoy en que usted lee.
¡Estamos a la vez! Ahora soltamos la idea del límite
de tiempo-espacio para lograr reencontrarnos. Nuestra energía diversificada nos
permite estar pero también ser a la vez. Mi propósito al plantearle estos temas
está muy lejos de generarle confusión ya que quiero, por sobre todo otro
interés, que usted amplíe su noción de espacio, de límites, de cronologías y en
definitiva de posibilidades. Porque al crecer en tales dimensiones factibles,
está contribuyendo de manera automática a la expansión de su con-ciencia. Si
deja de verse como un ser limitado, tan ajustado a las necesidades básicas, tan
estructurado, créame que estará transitando por el camino que ha de llevarle
directamente a sus dones secretos. Usted es magia pura. Será quien haga sus
propios milagros personales. Esa vida que transcurre en este instante, es su vida… ¡la de nadie más!
Si trata de vivir la experiencia de los otros o lo
que es aún peor, intenta vivirla por los otros, se quedará sin nuevas
oportunidades. Las horas que transcurren entre el despertar y el acostarse son
su responsabilidad para que decida qué hacer con ellas libremente, aún cuando
esté leyendo este libro en medio de una crisis económica, de una ruptura
afectiva o se halle por alguna razón imposibilitado de movimiento.
¡Libere su mente declarándose independiente de todo
dolor o conflicto! ¡Asuma el compro-miso de esa libertad, aún cuando es mucho
más compleja que tantas ataduras! ¡Basta de guerras en ese mundo interno que
tiene a su cargo! ¡Suelte amarras y viaje! ¡Sólo viaje por ese mar infinito de
posibilidades que usted puede crear desde ese sitio en el que se encuentra, aún
si cerrara los ojos!
Sólo importa recordar a cada instante, mientras lee,
que tiene en sus manos un regalo precioso, lujoso, inapreciable, irrepetible,
además de sagrado para el universo: SU VIDA. Derroche buenas ideas, despilfarre
pensamientos positivos, abrume con dosis de amor a todos, comparta su
abundancia humana a partir de entender que si su mundo está en paz, su luz
impactará sobre la oscuridad y en el rebote tendrá más luminosidad todavía.
Estoy escribiendo esto que lee queriendo que sepa
que en este instante percibo su paz y su gratitud, porque sé que comprende que
estamos compartiendo la riqueza que la alegría prodiga en nuestras vidas, en
forma de gracia divina. Todo es posible. Hasta puede acostarse sin familia y
despertar en una tribu.
Anochecer en la soledad para despabilarse en la
grata y múltiple compañía de personas, que parecían no existir en catálogo
alguno.
Graciela Khristael
fuenteperfecta@gmail.com 19/9/2013 (Este texto está incluido en el libro "Oasis del Alma I" que obsequié en la red en diciembre de 2012)
PD. Luego de decenas de años de percibir en mi
misma la enigmática percepción de lo real o no real, encuentro en la Teoría del
desdoblamiento del Tiempo (Garnier) un fundamento sostenible. De allí mi interés
por capacitarme y difundir –respetuosamente- dicha información.
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