Qué bueno es sorprenderse una mañana reconociéndose absolutamente ignorante de todo a la vez que recibiendo un breve instante de inspiración acudiendo al encuentro de ese vacío que provoca la huida de todo conocimiento. Aunque sólo dura lo que podría llamarse en el lenguaje del Dr Garnier "una apertura temporal"; esa imperceptible fracción de espacio-tiempo se convierte, sin embargo, en el elixir espiritual del día.
Porque la esencia de la fragancia sublime de la vida está ante todos nosotros vibrando en un lenguaje que se comunica con nosotros, pero nos resulta difícil comprender de qué se trata. Creemos que quienes no entienden son los animales, las plantas y las piedras; pensamos que el agua es algo que está allí y nada más. Pareciera que estamos experimentando la Naturaleza sin saber que somos de alguna manera su experimento. Qué maravillosa sorpresa es que se te mezclen todas las piezas de un rompecabezas o puzle como le llaman también, porque quizá es la única manera de que intentes volverlo a armar de un modo diferente.
Con Amor,
Graciela Khristael 19/12/13
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