Muchas Veces.
Te preguntas quizá el por qué de ir venir por los mismos senderos del dolor, si por allí has pasado, pero a la vez -por extraño sortilegio de la vida- te devuelves siempre las mismas respuestas.
Te despiertas y levantas con preocupaciones, miras a tu alrededor y crees que todo está igual de complicado; te tocas la cabeza y el pecho, te preguntas acerca de cómo es posible volver a comenzar un día así, sintiendo perplejidad ante tus pensamientos resonando con la misma contestación de siempre.
Te dispones a comenzar tu jornada, tu tratamiento, tus estudios, tu momento de descanso frente a la ventana del lugar donde permaneces o quizá debas estar; pero todo resuena en ti con tristeza, con incertidumbre, por momentos con miedos y hasta con incomprensión. Intentas indagar en tu espejo interior esperando nuevas imágenes, pero una y otra vez vuelven las mismas.
Es que estás centrando tu atención en las cenizas y no en el fuego.
Si acaso pudieses recuperar la memoria de aquello que tienes sabido desde que llegaste a esta experiencia llamada vida, sabrías que si estás pensando es porque estás viajando en tu universo de posibilidades creadoras.
Eres capaz de generar toda la pena que quieras con sólo repasar en tus memorias dolorosas o insistir con las noticias que te lo recuerden; del mismo modo que tienes a tu disposición una fuente de energía interior, para conectar tus intenciones con la frecuencia de tus mejores potencialidades.
Eso significa dejar de ser observador de los despojos que deja el dolor hasta convertirse en un sensato ser, capaz de hacer uso perfecto de sus capacidades viendo lo abundante de ello y no lo limitado de lo aparente.
Deja las cenizas para el viento....
Ya llegará el día en que serás uno con él.
Entre tanto, aviva la pequeña llama que te recuerda la vida, dando las gracias por lo que existe hoy en ti, sin dejar de estar con la atención atenta a los momentos de inspiración que seguirán guiando tu camino.
Todas las preguntas que tienes, encuentran las respuestas en tu alma; resultando que a la cuestión:
-¿Cuántas veces debería aventar la chispa de la vida en mi interior?
Le corresponde por conclusión dos palabras:
-¡Muchas veces!
Con Amor,
Graciela Khristael. fuenteperfecta@gmail.com 4/12/2013
www.facebook.com/oasisdelalmakhristael
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