Momento de Despertar.
Renacer.
Renacer.
Cuando a tientas buscas las respuestas, sabes que las preguntas jamás te han abandonado; por eso, sólo por eso sigues andando sin parar; sin detenerte siquiera en el paso y mucho menos en la expectante ansiedad que disloca las vértebras ficticias de la mente, en medio de torsiones inexplicables pero tan ciertas como la mente misma.
El cuerpo se abraza a la tierra, la mente a las explicaciones y el alma apenas encuentra ligeros atisbos de inspiración; porque la razón es la hermana de la lógica y la ilusión sólo una pariente lejana que pugna por recibir parte de la herencia de la vida humana. Al fin y al cabo, ha sido siempre su fiel compañera.
Sin embargo, el alma se pone a dieta y es entonces cuando dispuesta a no atraer más de las mismas toxinas se libera por incontables instantes de las ataduras de los rígidos pensamientos hasta alcanzar la más sublime inspiración; acto supremo en el que la osadía de aceptarse libre-mente desnuda la materia e impulsa a la propia verdad hacia la superficie.
El cuerpo se abraza a la tierra, la mente a las explicaciones y el alma apenas encuentra ligeros atisbos de inspiración; porque la razón es la hermana de la lógica y la ilusión sólo una pariente lejana que pugna por recibir parte de la herencia de la vida humana. Al fin y al cabo, ha sido siempre su fiel compañera.
Sin embargo, el alma se pone a dieta y es entonces cuando dispuesta a no atraer más de las mismas toxinas se libera por incontables instantes de las ataduras de los rígidos pensamientos hasta alcanzar la más sublime inspiración; acto supremo en el que la osadía de aceptarse libre-mente desnuda la materia e impulsa a la propia verdad hacia la superficie.
Graciela González Khristael
Periodista-Escritora
Periodista-Escritora
No hay comentarios:
Publicar un comentario