Vida y Muerte.
Entablar un diálogo sobre estos dos temas es dar por iniciado el primer paso en su comprensión, ya que diálogo en su etimología resume el concepto de "a través de la verdad", asunto que hemos resumido -por usos y costumbres- como un intento de tratar algo o resolverlo entre dos; a la vez que al parecer son dos temas opuestos y complementarios entre sí: la vida y la muerte.
En definitiva podemos acordar desde el inicio que se trata de un aspecto que compete a toda nuestra existencia y a la del planeta mismo: la dualidad.
Se puede considerar el tema como una secuencia de asuntos contrarios y en constante pugna uno de otro, así como también puede observarse como un ritmo de equilibrio permanente que de no producirse estaría fuera del sistema que rige la experiencia de la energía en la materia, en este lado del Universo.
Este no es un tema para acrecentar un optimismo sin sentido respecto de la vida ni para ensombrecer la cotidianeidad que de por sí es tan efímera. Por el contrario, el abordaje de este tema es una propuesta que no ancla su observación en los vastos contenidos didácticos, filosóficos, científicos o religiosos (por resumir de algún modo la inclinación a la que somos proclives los humanos, esclavos de la mente, a procesar todo de manera tan intelectual que finalmente estamos de más incluso para nosotros mismos, ya que todo está en las bibliotecas paradigmáticas).
Analizar la vida desde el propio conflicto interno es sólo convertirse en un órgano, una célula, apenas una parte de lo que realmente somos y seguiríamos lejos de la meta de comprender el ritmo de la secuencia de la vida física limitada con relación a la muerte que pareciera ser que la transforma en condicionada a ella.
Contemplar el acontecer como si acaso pudiésemos ver la secuencia completa desde que brota una semilla hasta que el árbol da los frutos, permite entender que si se eternizara este tipo de materia que nos contiene, quizá no podríamos ni aún así resolver las causas del sufrimiento que nos acontece porque su raíz está en la propia mente humana, condicionada a todo cuanto ella misma ha creado por milenios o quizá por cientos de miles de años.
Vida y Muerte es el tema que abre las puertas al diálogo entre dos criterios que dividen al ser hasta quitarle el sentido del equilibrio interior.
La Muerte es parte de la Vida y -observada de ese modo- puede conciliarse la existencia terrenal con la inmensidad de lo eterno cuya mensura no puede concebirse por un medio limitado; por eso es que sólo trascendiendo los análisis netamente materiales podríamos -quizá y sólo remotamente quizá- permitir que la sabiduría nos alcance.
Entre tanto...
¿Por qué angustiarnos con cuanto creemos saber si en realidad aún nada sabemos?
Con Amor,
Graciela González (Khristael)
www.facebook.com/oasisdelalmakhristael
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