AGUA Y PIEDRAS
Los pensamientos viajan ligeros y rápidos como el agua, hasta
convertirse en sólidas realidades como las piedras. La mente entonces, puede
construir con ellas: sitios de reunión, protección y hasta de celebraciones; así
como murallas que separen, torres que encierren y diques que impidan fluir la
vida.
Por mucho que alguien se empecine en contrariar; aquello que se
piensa modifica al pensador, resultando que lo que está frente a sí es el
espejo de las consecuencias de lo ideado.
-¿Qué sin positivas o negativas?, ¡Son siempre consecuencias!
Cuando se piensa con la intención de cambiar a los otros, en
realidad se ha perdido el poder de modificarse a sí mismo.
Cualquier día es bueno para pensarse; para re-crearse; para el
diálogo “yo con yo”; para decidir el gran cambio mental que habrá de permitir
al espíritu de todas las cosas, expresar su voluntad que no es otra que hacerte
sentir feliz.
Graciela Khristael oasisdelalmakhristael@gmail.com 14-15 de marzo 2013
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