MODELO
PARA ARMAR
Imagina
por un momento que te han obsequiado un juguete para armar.
Agrega
que no tienes más de 8 años y que dispones de todo el día para ti.
Recrea
el espacio en el que te encuentras, decóralo con lo que te guste; incluso
decide el clima más favorable sin descartar, si lo prefieres, una idea del uso
que le darás al objeto en cuestión.
Se
trata de un vehículo. Un tanto extraño en su forma, por cierto, que incluye ruedas
de diferentes tamaños, tuercas, tornillos, luces, piezas de plástico, telas y
hasta una serie de dispositivos electrónicos.
Sin
mapa ni instrucciones que te guíen, deberás darle la forma correcta evitando dejar
elemento alguno librado al azar.
Al
final, tarde o temprano, el juguete estará completo así como apto para
utilizar.
Ahora
viaja hasta aquí, a tu tiempo, a tu edad y a tus complicaciones.
En
ti sigue vivo el espíritu de la niñez.
Pregúntate:
-¿Qué parte has olvidado de todas las que le dan forma a tu vida?
Recuerda
que cuando pierdes la conciencia de que eres quien arma tu historia cada día,
es cuando transformas tu existencia en un juguete.
La
diferencia, en este tiempo que transitas, es que ya no eres tú quien juega sino
aquel que comprueba que ya no tienes control sobre ti.
Entonces
–sencillamente- vuélvete a mirar, escúchate otra vez, siente tus emociones,
percibe con más serenidad, recobrando el valor de tomar tus decisiones. Confía en tus intuiciones, sana tus memorias y
haz de este presente el mejor pasado para ese futuro que te está esperando.
Graciela
G. Khristael oasisdelalmakhristael@gmail.com
31 de mayo de 2013
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