VIERNES. EL CAMINO DE LOS ANCIANOS
COLUMNA DE LA AGENDA VIRTUAL OASIS DEL ALMA/FUENTE PERFECTA
FUERA DE LA TORRE
Llevan años viviendo de tal modo que no puede
comprenderse la razón, ya que se quedan allí pese a que apenas pueden moverse en pequeños giros sobre sus
talones. A veces 45 grados a la derecha; en ocasiones 90 grados a la izquierda;
por lo general 180 grados hacia atrás pero jamás aconteció un giro de 360
grados.
Las paredes sólidas que los contienen a la vez justifican
su otra función que no es otra que retenerlos ahí, aunque si los muros no existiesen de todos
modos seguirían sin salir del lugar.
Puentes inservibles como las promesas suelen ser
una manera de conectar a unos con otros; diálogos internos, incesantes así como
repetitivos ocupan la mayor parte de la atención diaria dejando a unas pocas
ventanas y puertas, la ficticia creencia de conectar con la realidad exterior.
Bullicio de interferencias en las afueras en la
misma proporción en que el silencio se instala de repente en el interior.
Sensaciones de júbilo momentáneas y tristezas
prolongadas completan un álbum inventado de posibles experiencias por vivir.
Sueños, esperanzas al mismo tiempo que los proyectos, se aventuran en un zafarí
increíble, por el mundo eterno del nunca hacer o del famoso “tendría que…”
-¿Vas comprendiendo tu que lees en este instante?,
¿A quién puede referirse este escrito que no sea a ti y a cada uno de los
humanos que vamos intentando fluir en la vida cuando –en principio- demoramos
en atrevernos a salir de la propia estructura?
Las limitaciones emocionales extienden sus raíces desde
la mente hacia el corazón y se alimentan erróneamente de una energía que no
tiene esa finalidad; porque cuando se gira en pequeños ángulos queriendo
voltear la mirada de un hecho al otro, por lo general se acaba echando anclas
en el pasado de la vida y los 180 grados terminan por significar que se ha
vuelto al punto de partida.
Un giro de 360 grados, en cambio, señala un círculo
cerrado y una sola opción: iniciar un nuevo proceso porque todo lo que debió
haber sido ya fue y es tiempo entonces de salir de la propia estructura. Romper
las paredes de los imposibles es indicio irrefutable de quedar fuera de la
torre infranqueable de los miedos, la
comodidad o de la hipocresía.
Si desaparecen las quejas, sólo queda un nuevo
libro abierto para escribir los nuevos propósitos.
Así es que si estás pensando en cambiar algo en tu
vida, o si algo ya ha sucedido y no te atreves a verlo o aceptarlo; recuerda
que en el Camino de los Ancianos, la Torre te trae en este día el resultado de
una situación irreversible: -¡Estás fuera!
Ahora queda algo por hacer: -¡Acepta el desafío de
hacer algo nuevo, soñado, registrado en tus memorias Universales!
Aquella Luz que ilumina un tiempo nuevo, deja a la
vista lo que estaba oculto en la oscuridad de la propia prisión interior,
sirviendo de constancia suficiente de que ya te encuentras experimentando el
nuevo círculo de tu vida que queda en otro sitio de ti mismo, sólo que esta vez
no es adentro sino afuera de la torre.
Graciela Khristael fuenteperfecta@gmail.com 4 de octubre de 2013
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