viernes, 15 de noviembre de 2013

Mentirse a sí mismo.

Notas de la Agenda Virtual
Oasis del Alma / Fuente Perfecta

¡No molestes con tu espejo!

Al comenzar la mañana me di cuenta que había dejado, como de costumbre, un bello desorden de papeles, libros y objetos sobre mi escritorio y en definitiva –como sucede a diario también- opté por apilarlo todo para dar lugar a un espacio que podría titular “relájate en el hacer nada y haremos mucho más”.
Corrí las cortinas de la ventana que da al jardín y encontré una perfecta sincronicidad entre el exterior de mi casa y la caótica situación de mi mesa de trabajo. Las causas aunque diferentes, terminaron siendo las mismas.
Desde ayer a la tarde, un viento fuerte y persistente sopla sobre esta región del planeta cuyas coordenadas indican que estamos en primavera, en un recorte geográfico del hemisferio sur (y siempre, claro, según desde el sitio donde se observe nuestro hogar terrícola).
Este aire en movimiento, del que les contaba, ha traído ramas de árboles del vecindario, flores de vaya a saber qué jardín y hasta ha arremolinado una factura de luz (próxima a vencer) y una pequeña revista de una comunidad religiosa que suele insistir con su argumento de verdades divinas, siempre diciendo pero jamás escuchando pareceres; lo cual –por lamentable que resulta- es algo familiar en tiempos de tanta contradicción. La vida cotidiana está plagada de este parasitaje llamado incoherencia, producto -a mi modo de entender- de la falta de cohesión entre las partes que termina atomizando el todo y esto es (en mis teorías de bolsillo) similar a lo que resulta en cada ser cuando se carece de coherencia entre lo que se piensa, cuanto se dice y aquello que se termina realizando, porque el Ser se siente a sí mismo fragmentado.
Si bien no hay quien pueda tirar la primera piedra, puedo aseverar por cuestiones de edad -más que por sabio intelecto- que algunas personas no podrían diferenciar estos conceptos porque se han constituido en incoherencias vivientes.  
Volviendo a los espejos…
Un cálido sol iluminó la mañana del jardín mostrando creativos paisajes sobre las baldosas decoradas con todo cuanto trajo el viento hasta allí y la calma también llegó hasta mi entreverado proyecto de trabajo, que se sintonizó con la Naturaleza. Todo es a imagen y a semejanza de sí mismo, de allí que la paz pueda o no estar con tu espíritu.
Encendí la computadora y entre tanto se conectaba con la red, visité el fondo de mi casa que es –por absoluta lógica- la zona opuesta al jardín; así como mi mundo interior es la cara complementaria de mi aspecto exterior, resultando por lo general que lo que vemos de todos nosotros es la manifestación explícita de aquello que internamente le da origen.
Es fácil deducir que el viento habría afectado el fondo de igual modo que el jardín, especialmente si se tiene en cuenta la presencia de varios árboles que conviven por allí. Lo cierto es que no encontré vestigios del arremolinado carácter climático de aquella madrugada, resultando que la metáfora emerge como reflejo de las conductas humanas: el viento sacó del fondo a la superficie, todo aquello que era fácilmente desprendible (hojas y flores) a fin de no acumularlo y de brindar la oportunidad a los brotes, de practicar su experimentación de vivir.
Decidida al fin a escribir mi nota o reflexión del día me encontré con 22 notificaciones, de las cuales 16 eran invitaciones para jugar en red, 2 sugerencias para dar “me gusta” a nuevas páginas de compras de productos y al menos 2 comentarios nuevos –al momento de conectarme- respecto de mi escrito del día anterior.
Así, un nuevo viento entremezclando todo se hizo presente. Pero esta vez, la energía creadora del enredo es la propia de la naturaleza humana: la desorientación.
La mayoría de las personas que prefiere jugar diariamente, transita el delgado hilo que separa la actividad lúdica de la que llega a convertirlos en adictos al juego; lo cual desdibuja el sentido milenario de los entretenimientos y contribuye en sus vidas no sólo a la confusión cotidiana sino que les permite tener siempre a mano argumentos (excusas) por los diversos fracasos que atraviesan que se resumen en: “pérdida del poco tiempo con el que se cuenta en una vida, para conectar con la esencia del propio ser”.
Luego, las páginas con listas de productos para comprar plantean otra estrecha frontera entre el placer de adquirir algo deseado y la conversión a comprador compulsivo; sumando argumentos para los procesos de frustraciones en tantas personas que no alcanzan la expectativa de gastos a la que aspiran. Comprar es la acción lógica en respuesta a lo que se ofrece en venta, pero estar todo el día parado frente a una vidriera se resume en la misma frase antes dicha: “pérdida del poco tiempo con el que se cuenta en una vida, para conectar con la esencia del propio ser” (nunca está de más repetirlo).
Por último, cuando el ego les ate la mano impidiendo adherir a un trabajo creativo, compartirlo o difundirlo y en cambio se las suelte para invitar a jugar, recuerden que la vida no es la fotocopia de una experiencia sino la propia experimentación manifestándose cada día. En lo que respecta a cuanto escribo,  es producto de mi inspiración y en respuesta a un proceso creativo, al que dedico tiempo y energía amorosa. Soy el eco de mi voluntad expresándose, que tiene por tarea primordial encontrarse a sí misma; sin cuyo hallazgo es imposible tener algo para dar. La tarea de vencer las múltiples tentaciones que vamos creando con nuestras propias incertidumbres, es ardua y tiende a promover el agotamiento en cada uno de nosotros. Sin embargo, la perseverancia en la convicción de que el libre albedrío sólo admite despertadores pero no proselitistas, es la que nos alienta a seguir buscando nuestras olvidadas memorias divinas.
No tengo grandes verdades ni caminos sin espinas para andar.
Sólo esta vida mía como espejo para que te veas como eres: un humano transitando la enigmática existencia aunque a veces te pones en rebeldía con los propios pares a quienes tantas veces les dices: -¡No molestes con tu espejo!
Con Amor,
Graciela Khristael   fuenteperfecta@gmail.com   15/11/2013

PD. Una de las cosas que más afectan al Ser es mentirse a sí mismo. Y no existen las “jorobas” ni las “narices largas” a modo de castigo sino la propia conciencia resolviendo. Cuando el alma se constituye de ilusiones, dará por resultado un “corazón de fantasía” y tarde o temprano remitirá al ser a su real constitución material más no le devolverá su memoria del origen espiritual.
Aquí les dejo un video sobre Pinocho y una canción muy conocida recreándolo.


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