martes, 29 de abril de 2014

Al otro lado de ti...

¡Amores!
Vamos andando cada día inmersos en actividades cotidianas haciendo un alto en el camino, sólo cada tanto, cuando algún hecho o situación puntual exige detenerse. Estos es: sólo cuando nos vemos obligados.
Si embargo, lo maravilloso de las capacidades humanas radica en la habilidad de poder detener sus intenciones permanentes (aún actuando) para permitir la llegada de la verdadera atención aún por un mínimo e imperceptible instante.
Esto es, en síntesis, recuperar la capacidad de meditar sin esperar instrucciones, sin encender velas, sin suponer que un recetario de técnicas nos devolverá la paz interior. Al disminuir la lista de apegos se siente más liviano el andar y el tiempo se transforma, perceptiblemente, en mucho más prolongado.
Es importante en este proceso planetario separar lo útil de lo innecesario en lo que al ser mismo implica.
Somos a imagen de nuestras acciones que proceden de nuestros pensamientos cuya raíz está en nuestros deseos que han provenido a su vez de las creencias que nos han dado la estructura sin la cual -de sólo imaginarlo- nos sentiríamos en el caos de la falta de identidad.
Cada uno de nosotros tiene en este instante un recorte de la realidad; sólo un fragmento del todo y puede realizarse este intento: observar cualquier cosa que se encuentre allí y rápidamente contestarse a esta pregunta: -¿Estoy viendo eso o estoy siendo con eso?.
Mientra lo vemos, la mente crea el tiempo; cuando no existe la separación, el tiempo deja de existir.
Con Amor,
Graciela Khristael



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