jueves, 5 de junio de 2014

Reloj de Arena

¡Amores!
El tiempo que tenemos para vivir....
RELOJ DE ARENA(Texto del libro “Éxito, el Arte de poder Vencerse” de Graciela Khristael/ Año 2009)

Al dar por aceptado que algo llamado tiempo hace referencia a una medida de existencia, el siguiente paso es hallar un modo de medir ese transcurrir de eventos para que luego se pueda describir todo cuanto acontece. Se podría, a partir de ello, relacionar unos sucesos con otros hasta sacar, de ese modo, conclusiones de diversa índole, convergiendo en este punto todo tipo de ciencia humana o social que se ocupa de estos enfoques, ya sean psicológicos, históricos, arqueológicos o de cualquier índole. Habría que cuestionarse acerca de dónde estaría puesta entonces la relevancia, si en los hechos o en el tiempo. Algo ocurre en un espacio, no importa el cuándo; se trata de un cuándo sin suceso ni espacio alguno; se combinan ambos sin privilegio de uno sobre el otro; hasta quizá fuese posible idear algún otro nuevo mecanismo de análisis. 
El tiempo impone límites haciendo que estos límites se correspondan con las formas. Así por ejemplo, una persona es en función de tiempos tales como: tantos latidos por minuto, tantas respiraciones por igual tiempo, en respuesta a una gestación durante nueve meses, un promedio de vida de tantos años, una osteoporosis a partir de tal edad, la disminución de la glándula timo en la adolescencia; pudiendo seguirse de este modo con todo un mapa de sucesos en coordenadas con los órganos, sus funciones así como en sus tiempos de vidas útiles. Mi planteo comienza a convertirse en una suerte de tesis “en borrador” pero que sigo compartiendo con usted, porque me interesan estas cuestiones.
Excepto en la ciencia ficción, resulta impensada la posibilidad de retener el tiempo, manteniéndolo atrapado tal como puede hacerse con el agua dentro de una botella porque, de ser así, algo abstracto que cumple una función de mensura, pasaría a convertirse en un elemento concreto susceptible de ser transformado a la vez que manipulado e incluso acopiado. Si el tiempo fuese considerado como una substancia capaz de ser tratada como se hace, por ejemplo, con un líquido; tanto podría congelarse, como almacenarse, ser susceptible de múltiples cambios o modificaciones, a merced de los deseos así como de las necesidades de cada uno. La nueva pregunta en cuanto a qué aporta el tiempo a la existencia, hallaría la respuesta en la vida misma, que se acepta como temporalmente limitada, cuya concepción se asimila a partir de las enseñanzas que se adquieren desde la niñez. 
•El tiempo no es una sustancia que alimenta, sino un límite que condiciona. 
•Si el tiempo está fuera de la existencia, el poder del tiempo es ajeno a ella. 
•Si está fuera de la existencia no forma parte de ella, por lo tanto es inexistente; es una creación ilusoria del humano. 
•Si se lo relaciona con el espacio o lugar en el que transcurren los hechos, sea éste un lugar geográfico, el cuerpo mismo, el nombre o sonido con que se denomina a cada existencia; no podría separarse una cosa de otra. 
•En la combinación se recupera la noción de la totalidad in-divisa que es la energía del universo resultando, por ende, la de cada individualidad. 
Un reloj de arena es un recorte de tiempo por excelencia. Es mucho más que una representación, es una porción de tiempo retenida en un envase a la vez que es tiempo dentro del tiempo. Es la muestra metafórica perfecta de que puede crearse, que sucede en un espacio en el que las atribuciones que se le otorgan en realidad son una decisión humana. Si el hecho, el espacio y el tiempo están unidos porque sólo así pueden explicar una totalidad, lo siguiente es considerar que tomarlo de ese modo es una decisión humana; surgiendo de allí el nuevo interrogante sobre qué tan lejos estamos unos de otros porque, si todo ocurre a la vez, estamos tan cerca de un evento en la tierra, como de una estrella en el firmamento.
Usted lee en este instante algo que no estoy escribiendo en este momento pero a la vez lo estoy haciendo porque si no lo hiciese usted no lo estaría leyendo. Mientras lo hace está fuera de tiempo tratando de conectar con esta lectura en el espacio que lo rodea, que es el que lo incluye a usted junto con este libro que me incluye en otro espacio ayer, que es el mismo tiempo hoy en que usted lee. ¡Estamos a la vez! Ahora soltamos la idea del límite de tiempo-espacio para lograr reencontrarnos. Nuestra energía diversificada nos permite estar pero también ser a la vez.
Mi propósito al plantearle estos temas está muy lejos de generarle confusión ya que quiero, por sobre todo otro interés, que usted amplíe su noción de espacio, de límites, de cronologías y en definitiva de posibilidades. Porque al crecer en tales dimensiones factibles, está contribuyendo de manera automática a la expansión de su conciencia. Si deja de verse como un ser limitado, tan ajustado a las necesidades básicas, tan estructurado, créame que estará transitando por el camino que ha de llevarle directamente a sus dones secretos.
Usted es magia pura. Será quien haga sus propios milagros personales. Esa vida que transcurre en este instante, es su vida… ¡la de nadie más! Si trata de vivir la experiencia de los otros o lo que es aún peor, intenta vivirla por los otros, se quedará sin nuevas oportunidades. Las horas que transcurren entre el despertar y el acostarse son su responsabilidad para que decida qué hacer con ellas libremente, aún cuando esté leyendo este libro en medio de una crisis económica, de una ruptura afectiva o se halle por alguna razón imposibilitado de movimiento.
 ¡Libere su mente declarándose independiente de todo dolor o conflicto! ¡Asuma el compromiso de esa libertad, aún cuando es mucho más compleja que tantas ataduras! ¡Basta de guerras en ese mundo interno que tiene a su cargo! ¡Suelte amarras y viaje! ¡Sólo viaje por ese mar infinito de posibilidades que usted puede crear desde ese sitio en el que se encuentra, aún si cerrara los ojos! Sólo importa recordar a cada instante, mientras lee, que tiene en sus manos un regalo precioso, lujoso, inapreciable, irrepetible, además de sagrado para el universo: SU VIDA. Derroche buenas ideas, despilfarre pensamientos positivos, abrume con dosis de amor a todos, comparta su abundancia humana a partir de entender que si su mundo está en paz, su luz impactará sobre la oscuridad y en el rebote tendrá más luminosidad todavía. Estoy escribiendo esto que lee queriendo que sepa que en este instante percibo su paz y su gratitud, porque sé que comprende que estamos compartiendo la riqueza que la alegría prodiga en nuestras vidas, en forma de gracia divina.
Todo es posible. Hasta puede acostarse sin familia y despertar en una tribu. Anochecer en la soledad para despabilarse en la grata y múltiple compañía de personas, que parecían no existir en catálogo alguno.
Graciela Khristael fuenteperfecta@gmail.com


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