¡Amores!
Un gran cariño para cada uno que lea esta nota, con la certeza de que la experiencia humana indica la dificultad para el perdón, para la mansa aceptación de cada circunstancia, para la comprensión del dolor por las pérdidas, para la impotencia por las limitaciones y hasta para resolver cada dualidad. Y digo certeza, porque estoy hecha de las mismas dificultades en medio de un camino que intento recordar a fuerza de reunir los pequeños detalles alojados en lugares impensados de la memoria que mi alma reminiscente intenta recuperar cada día.
Es fácil olvidar que el traje que vestimos es sólo provisorio y en la persistencia de atarlo a una fuerza de gravedad que creamos en una guerra espiritual interior; es -desde todo punto de vista- una insensatez.
Aceptar el doble viaje que realizamos a diario entre lo consciente y la aparente inconsciencia que no es otra que la misma consciencia en otro plano; es la única probabilidad de hacer el camino en paz con nosotros mismos.
Si te atreves, lo efímero no podrá atraparte.
Si te atreves, puedes renunciar a las falsas promesas que te haces cada día.
Si te atreves, quizá termines encontrando la Verdad a la vuelta de la esquina.
Si te atreves, sabrás que ya hemos dividido en demasiadas partes esta humanidad que nos incluye y entonces, sólo entonces, querrás sumar cada fragmento.
Estamos en el mismo proceso y alcanzaremos la coherencia, simplemente, si nos atrevemos a ser más Seres encontrados y menos Almas perdidas.
Con Amor,
Graciela Khristael.
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